El cubano Pérez Chang y los guerrerenses Acosta y Dimayuga leyeron obras propias en el Festival de la Nao.

Más de medio centenar de asistentes escucharon textos de representantes de la literatura guerrerense y cubana, en el auditorio del Museo Histórico de Acapulco Fuerte de San Diego, durante penúltimo día de actividades de la segunda edición del Festival de la Nao. Alrededor de las 5:30 de la tarde, el escritor chilpancinguense Andrés Acosta esperaba a que comenzara la lectura, pues aunque la cita era a las 5, observaba atento el ensayo de la Compañía Nacional de Danza que, como en una terraza, los cuerpos semidesnudos y delgados disfrutaban del sol acapulqueño. Ya con el ensayo de los bailarines de clásico avanzado, llegó el escritor originario de Tierra Colorada, José Dimayuga; tras él la comitiva de cubanos (Cuba es el país invitado del Festival), el escritor Ernesto Pérez Chang se disponía a leer una brevísima parte de su producción literaria. Una vez dentro del auditorio, los asistentes escucharon atentos las lecturas. Acosta, leyó el cuento "El demonio de las artes" del libro Solitarios y podridos. Se trata de un relato en el que un demonio cuestiona el significado del arte, de la capacidad creadora de un sacerdote que luego es catalogado como “demonio escritor”. En seguida José Dimayuga leyó el segundo acto de la obra "Crónicas de amor y olvido en el hotel Belmar" que forma parte del libro editado por Quimera: Triple Función. Antes, el escritor quien forma parte del Sistema Nacional de Creadores, aclaró que tal publicación no había sido presentada en Acapulco, por lo que esa lectura serviría como una presentación en el puerto. Durante su participación, Dimayuga logró atrapar a la audiencia, pues imprimió en cada personaje de la obra, matices, en los que se podía diferenciarles. Tal fue la atención que se había puesto en la historia que, cuando el autor de Afectuosamente su comadre, anunció la conclusión de su lectura, los asistentes emitieron un sonido de expectación. Continuó la lectura el escritor originario de La Habana Ernesto Pérez Chang con un cuento que integra el libro Variaciones para ágrafos que se editó este año en su país. Al concluir las participaciones, la directora de Cultura del Ayuntamiento de Acapulco, Blanca Reina Aguirre, solicitó a los asistentes que se quedaran a escuchar otra “ronda” de participaciones, de lo contrario, debían salir y esperar a que se permitiera el acceso a la Plaza de Armas para la presentación de la Compañía Nacional de Danza; lo que generó comentarios de los escritores como aquel de que nunca se habían topado con público cautivo o “ahora sí, vamos a leer para ustedes” y “me siento Sherezada leyendo cuentos”. (Por Karla Galarce, publicado en El Sur)

GUERRERO, pilar de la literatura queer en el país: Editorial Quimera.

Luis Zapata y José Dimayuga son pilares de la literatura queer en México, señaló el director de la editorial Quimera, Sergio Téllez-Pon, cuyo esfuerzo editorial está cumpliendo un año.
Hablando del movimiento cultural homosexual, Téllez-Pon aseguró que en Quimera se rescatará obra de Luis Zapata poco conocida, así como de autores como José Joaquín Blanco. Lo queer, afirmó en entrevista para este medio, es un movimiento que tomó fuerza en México y Quimera lo está reforzando con la publicación de textos no sólo literarios sino también de divulgación.
“Quimera es la primera editorial que se dedica a la publicación abierta de textos literarios queers, y en ese sentido es totalmente válido, dado que hay otras editoriales que, por ejemplo como Ficticia solamente cuentos, o hay solamente de poesías, y hay unas que solamente publican un cierto tema”, dijo al referirse al trabajo de editoriales independientes.
–¿Qué diferencias hay, sí las hay, entre la estilística queer y la de escritores heterosexuales?
–Me parece que no es sólo la parte sexogenérica, sino también hay una sensibilidad, hay prosa muy queer, muy rara. Por ejemplo la de Truman Capote que escribió cosas ligeras, hasta cosas tan densas con poder como A sangre fría, o algo muy gay como Desayuno en Tiffany's.
“Hay una estilística bastante rara y juguetona, como transgresora que es de una sensibilidad gay muy acentuada. Por ejemplo cuando hablamos de la prosa de Monsiváis, vemos una de relajo; esta acumulación de cosas barrocas sí distingue un poco la prosa estilística de los autores gays, y en ese caso, Luis Zapata también representa esta parte de lo raro, de lo queer”.
–Mencionaste a Luis Zapata, guerrerense, también está José Dimayuga; ¿percibes un movimiento en Guerrero en la literatura con tema gay o de diversidad sexual?
–Evidentemente sí. Para nosotros es un gran honor trabajar con ellos. A Luis Zapata le hemos publicado tres libros en un año, y una traducción, y vamos a empezar a rescatar la obra de Luis que desafortunadamente no ha estado circulando en los últimos años. Mucha gente no conoce sus otras novelas además de El vampiro de la colonia Roma.
“No se conoce este melodrama De pétalos perennes, o Este amor que hasta ayer nos quemaba, y los vamos a empezar a rescatar. Evidentemente que los dos son representantes de la literatura guerrerense”.
Téllez-Pon mencionó la labor de Dimayuga al frente de la dirección de Cultura en Acapulco, así como la organización del Festival de cine lésbico-gay, allí “me pude dar cuenta de que la respuesta del público es impresionante, al menos en Acapulco, el público responde muy bien y la editorial tuvo una buena respuesta en su presentación, y el festival de cine fue todo un éxito, con lleno total todos los días en la sala”.
Expresó que la respuesta del público acapulqueño “fue sorprendente” porque se notó que la gente está interesada en conocer y saber más acerca de esos temas.
–¿En cuanto a la cuestión institucional cuál es la respuesta ante este movimiento?
–Hay una apertura total. Hace poco vinieron de Canal 22 para hacer un programa de diversidad sexual y los temas que vamos a manejar en la editorial. La dirección de Literatura del INBA nos pidió las portadas y los textos de libros para ponerlos en sus páginas, ha habido buena respuesta
–La editorial Quimera está cumpliendo un año ¿cuáles han sido sus dificultades?
–La primer dificultad fue sin duda la distribución, y en ese sentido los puntos de venta. Hay que recordar que no se aprobaba aún la ley del libro y la competencia era mucho mayor y los puntos de venta ponían un poco de objeción si no se les proporcionaba los descuentos que ellos solicitaban de antemano.
“Por otra parte, que nuestros libros son, digamos, atrevidos en el diseño, y contienen portadas un poco o mucho eróticas, y eso también impactaba mucho, ¿cómo iban a poner un hombre casi desnudo, o una boca que sacaba la lengua (como en el libro Lenguas en erección), donde la fotografía ilustraba el título. Esas portadas causaron mucho revuelo. Esas fueron las primeras dos dificultades que tuvimos que sortear”. (Por Marisol Weces Mina. Tomado de La Jornada Guerrero)