LAS REBELDÍAS Y EXCENTRIDADES DE BONITA MALACÓN

Después del éxito que tuvo con la obra de teatro, Afectuosamente su comadre, José Dimayuga tuvo que esperar más de 15 años para poder publicar su primer trabajo novelístico, y justamente la historia de Bonita Malacón, es el resultado de años de aprendizaje, gracias que logró que su obra se pueda leer fácil y placenteramente. Dimayuga muestra a través de una serie de testimonios la vida de la que fuera Miss Belleza Internacional, el personaje central; esto se descubre gracias a una serie de revelaciones que los diversos personajes de la obra le conceden a un joven periodista que investiga el tema de Bonita como tema de su tesis. En entrevista para Anodis, el famoso escritor confesó los deseos que tenía de poder publicar un texto, pues “siempre que terminaba algo, creía que era una novela pero resultaba una obra de teatro y al acercarse la fecha en que cumpliría cuarenta años, me dije, ‘tengo que disciplinarme’”, y así, a sus cuarenta y siete años de edad, se publicó su primer trabajo narrativo, que viene acompañado por el éxito logrado por sus puestas en escena. A unos días de que la editorial Jus publicara el libro, las expectativas del dramaturgo, en cuanto al éxito que pueda alcanzar su trabajo, aún no están planteadas, sin embargo, ¿Y qué fue de Bonita Malacón? está agotado en librerías como Gandhi. “La llevé y a unos meses me llamaron para publicarla, la gente la ha aceptado muy bien”, comentó. La vida de Bonita comenzó a tener sus primeros logros entre los amigos de Dimayuga, entre ellos el escritor José Joaquín Blanco, a quien “le encantó y eso me animó a llevarla a Jus, estoy agradecido con la editorial por todo el apoyo y el interés depositado en mi”.
Una de las características de la obra es la singular forma en que el dramaturgo logró reunir el lenguaje coloquial de la sierra guerrerense y, a pesar de contar con varios regionalismos, es muy entendible; al respecto explicó: “Lo cuidé mucho para que el lector disfrutara ese lenguaje, esa plática sabrosa, que incluso, a la gente, se le antojara leerlo en voz alta, es una invitación para así hacerlo”. El guerrerense se inspiró en su lugar de origen: Tierra Colorada; pues “los lugares, la geografía e incluso los personajes existen; sólo les cambié el nombre a unos; a otros les pedí su autorización; sólo Bonita Malacón es inventada”, declaró. Otro aspecto de la historia, es que el artista logró un texto equilibrado en donde la vida de la protagonista es tan importante como la de los demás personajes y además, está enriquecido por la serie de descripciones que nos regala cada uno de ellos, sobre eso explicó: “Dejé que los personajes hablaran, me vi como el joven periodista que levanta imágenes para crear su documental y creo que al final se tituló muy bien”. José Dimayuga comentó estar muy a gusto con lo que es; dijo que su estancia en el puerto de Acapulco, donde actualmente radica, lleva una vida tranquila. A los doce años de edad se fue a la ciudad de México, en donde estudió en la Facultad de Filosofía y Letras. “La ciudad es difícil de abandonarla, siempre va contigo; yo soy mucho de pueblo y mucho de la ciudad”, afirmó. “Amo a mi gente y la novela es un homenaje a mi pueblo, a mi infancia y a los amigos de la adolescencia, también a la dualidad del ambiente, tan agreste y hermoso, y el carácter de la gente, tan cabrona y bondadosa a la vez”, expresó el autor, quien condimenta la historia con mucho humor y mucha tragedia. Al laureado escritor se le nota cómodo con su creación, y por ello no dudó en advertir que, de su novela, lo que más le gusta es lo que esta sugiere y provoca. “Si yo fuera lector de Bonita me agradaría saber qué fue lo que pasó con la vida de los personajes”.
Para el dramaturgo no le es fácil definir su forma de ser, pero asegura que su reflejo está encerrado en la historia misma, “es más fácil crear, te puedo decir que yo soy Bonita Malacón y cada uno de las personalidades que realicé”. Melómano por naturaleza, amante del jazz, por la libertad que transmite, comentó que la novela es como una nota de jazz tocada por una banda de pueblo; le agradan las historietas y no tiene empacho en confesar que le hubiera gustado ser hijo del Huracán Ramírez; pero sobre todo es un lector voraz, “todo mi dinero se me va en libros”. Dimayuga aprecia mucho la amistad, pero si de estar solo se trata, sabe disfrutar de ello: “Me gusta caminar, todas las mañanas camino por la Costera”, afirmó. Actualmente trabaja en su segunda novela, sigue escribiendo teatro, mientras se presenta la puesta en escena, “Hoteles de Puebla” y además acaba de salir el escrito que reúne sus obras junto a las de Luís Zapata y José Joaquín Blanco: el libro Triple Función. (Por Daniel Medina. Tomado de Anodis)