Me acabo de enterar que
murió Sandra Boyd y me consternó la noticia. A Sandra la conocí, creo que
alguna vez se lo conté, a través de fotonovelas que leí de niño: ella era
actriz de Linda, Chicas, Bonita, eran los
nombres de las fotonovelas. También recuerdo haberla visto en películas de Blue
Demon y Mauricio Garcés haciendo papeles secundarios. Así que cuando nos
presentaron, en el año 2005, se me hizo como ver a una amiga de la infancia. Me
contó que le gustaba escribir y me pidió que le escribiera la cuarta de forros
de su libro Manicomio con vista al mar.
Lo leí, me gustó y escribí el texto. Creo que no hizo presentación del libro, pero
la prensa acapulqueña sí habló de él.
Sandra, además de escribir,
le gustaba viajar. Junto con su amigo Julio Campos, QEPD, visitaron la India
varias veces. Se quedaban por allá meses y recuerdo que Julio estuvo a punto de
convencerme para acompañarlos pero desistí y me fui a Europa. Sandra
confeccionaba y fabricaba ropa que vendía en boutiques de hoteles acapulqueños.
Su libro lo quiso vender también en las boutiques. Se le hizo fácil llevarlo al
hotel Las Brisas, lugar donde le vendían la ropa, pero se lo rechazaron. Me
contaba, atacada de la risa, que su libro se lo habían rechazado porque les
asustó la cuarta de forros que yo escribí. Le dijeron que un libro con temas y
personajes como los que ella abordaba en su Manicomio
con vista al mar no podía venderse ni exhibirse en las tiendas de Las
Brisas. “¿Tú crees, José? El mundo es más grosero que lo que yo escribo. La
prueba está en el rechazo de mi libro.”
La cuarta de forros dice
así:
“Sandra Boyd, a la edad de
19 años, estudió danza con León Escobar. Su juventud y belleza la condujeron a
la pasarela de modelaje. De allí, saltó a la pantalla chica; trabajó al lado
del Loco Valdés, Héctor Lechuga, Enrique Guzmán, entre otros. En la década de
los sesenta fue la imagen de varias marcas comerciales y la protagonista de un
sinnúmero de fotonovelas. Hizo teatro después de tomar clases con Seki Sano.
Compartió créditos con Fernando Luján, David Reynoso, Armando Silvestre,
Enrique Rocha, Julissa y Tere Velázquez en películas donde las jovencitas eran
perseguidas por adolescentes bobos o viejos raboverdes. También actuó al lado
de Regina Torné en Blue Demon contra las
invasoras, hoy un clásico de las películas de luchadores.
Sandra
Boyd dice que empezó a escribir para no suicidarse. Pero no asume la literatura
como válvula de escape, no inventa un mundo mejor del que vivimos. Más bien
escribe para acentuar la miseria humana. En todos los cuentos de Sandra Boyd se
asoma la melancolía con unas garras que estrujan, zarandean al lector. Boyd no
cree en la bondad ni en el Paraíso que algunos creen encontrar en la Tierra.
Vivimos en el averno y en el no hay Blue Demon ni Superman que pueda
rescatarnos. Manicomio con vista al mar
se antoja una colección de postales, pero sin retoques; postales no de un
Acapulco paradisíaco sino infernal. En ellas, Sandra nos describe una Costera
sin mar porque los edificios se levantan como murallas; un Zócalo cual galería
de personajes tristes, decadentes, fracasados, rencorosos, lunáticos; vemos
chichifos, homosexuales seniles, gringas pensionadas y apasionadas, meseros
gandayas, lancheros y otra fauna de espíritu chafa que no es exclusividad de
los habitantes del Bello Puerto sino de los de cualquier parte del mundo.”
Descansa en paz, querida
Sandra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario