UNA MUJER DE TANTAS

PERSONAJES

NAPOLEÓN, hombre de veintiocho años.
AMANDA, madre de Napoleón, de cuarenta y cinco años.
BLANCA ESTELA GARRIDO, de veintiséis años.
ALEJANDRO MONTIEL
PAYASO VIEJO
RITA VARGAS
JIMMY CAPELLINI, gángster.
ESPÍRITU CREADOR*


*Los personajes de Alejandro Montiel, Payaso Viejo, Rita Vargas, Jimmy Capellini, Espíritu Creador y la Voz en Off pueden ser interpretados por el mismo actor.

(Fragmento)

ESCENA OCTAVA

Un hombre vestido de traje blanco y con zapatos de charol se desplaza de un lado a otro de su despacho con teléfono en mano. Su nombre es Jimmy Capellini.

JIMMY (al teléfono): ¿Qué estás diciendo, inútil?... ¿Que no quiere subir? Yo no les dije que le pidieran su opinión. Les ordené que la subieran a mi despacho a como diera lugar… (Remedando a su interlocutor) Sí, mi jefe. ¡Bola de incapaces! Si pone resistencia, tráiganla arrastrando de los cabellos. ¡Quiero hablar con ella antes de que este lugar se vaya a pique!... (Cuelga.)

VOZ EN OFF: Jimmy Capellini, de un estuche de plata, extrajo un grueso habano y lo encendió. Después de mirar su reloj, se puso a caminar de un lado a otro del despacho como hiena enjaulada. Miró con atención una foto que colgaba de la pared: era la fachada del Cañaveralia rodeada de exuberante vegetación tropical.

JIMMY: ¿Será posible que esté presenciando la decadencia de este Centro?... ¡No, no! ¡Jamás! ¡Jamás! (Tocan a la puerta) ¡Adelante!

VOZ MASCULINA (desde el otro lado de la puerta): ¡Aquí la tiene, mi jefe!

Una mano masculina empuja a BLANCA ESTELA hacia el interior del despacho. Ella avanza trastabillando y cae de bruces ante los pies de JIMMY. BLANCA ESTELA viene vestida de rumbera.

JIMMY: ¿Y eso allí tirado, es el ayer famoso Vendaval Mexicano?

BLANCA ESTELA: Esta no es forma de tratar a una dama, Jimmy.

JIMMY: ¿Dama, tú?

BLANCA ESTELA: Tus hombres irrumpieron en la pista mientras bailaba para mi público. Me sacaron a empujones y me hicieron subir aquí de manera salvaje. ¡Exijo que los reprendas! Que no lo vuelvan a repetir.

JIMMY: No repetirán la misma acción, siempre y cuando tú te retires del baile.

BLANCA ESTELA: ¿Qué dices, Jimmy? (Se pone de pie).

JIMMY: Tu presencia en el escenario se volvió patética.

BLANCA ESTELA: ¿Oí bien? Jimmy, tú sabes que ese tipo de bromas nunca me han causado gracia.

VOZ EN OFF: Jimmy cogió a Blanca Estela del brazo y la condujo hacia un espejo que pendía de la pared.

JIMMY: Dime, ¿qué tú ves allí?

BLANCA ESTELA: Un hombre y una mujer.

JIMMY: ¡Describe a la mujer!

BLANCA ESTELA: Jimmy… No puedo.

JIMMY: ¿Prefieres que lo haga yo?... De acuerdo. Ella es/

BLANCA ESTELA: No, Jimmy, no. Por lo que más quieras.

JIMMY: ¡Blanca Estela, describe a esa mujer que tenemos enfrente o haré traer a la policía y confesaré tus/

BLANCA ESTELA: Ella es de veintiséis años, pero parece de cuarenta…

JIMMY: ¿Ajá?

BLANCA ESTELA: Un poco…

JIMMY: Vieja.

BLANCA ESTELA: Madura. Sin embargo, atractiva.

JIMMY: Eso es lo que tú piensas. Continúa, nena.

BLANCA ESTELA: De carnes protuberantes.

JIMMY: Gorda.

BLANCA ESTELA: Rolliza. Tal y como a los señores les gusta.

JIMMY: Y ciega, te falta decir.

BLANCA ESTELA: ¡Todas las rumberas son rollizas, Jimmy! Por si lo dudas, están exhibiendo una película de mi país, aquí en el Roxy, en la que sale/

JIMMY (impaciente): Tú no eres rolliza ni de edad madura, sino una gorda y vieja a la que mejor le iría si trabajara en un parque de diversiones.

BLANCA ESTELA: ¿A dónde quieres llegar, Jimmy?

JIMMY: Esa pregunta me toca hacértela a ti: ¿a dónde pretendes llegar, mi querido Vendaval Mexicano? Hasta ahorita, al menos, has conseguido que el cincuenta por ciento de la clientela se haya mudado al cabaret de enfrente. ¡Oye, tú me estás jodiendo!

BLANCA ESTELA: Ahora comprendo. Estás resuelto a echarme del Cañaveralia.

JIMMY: Eso nunca, mamita. No soy tan malo como supones. (Tomando una charola con cigarros, chicles y cerillos) El Cañaveralia a nadie le negará empleo. (Coloca la cinta de la charola alrededor del cuello de BLANCA ESTELA.)

BLANCA ESTELA: ¡No puedes sobajarme de este modo, Jimmy Capellini! Este no fue el trato que acordamos cuando llegué a la isla. Compréndeme. ¡No salí de mi país para terminar como una cigarrera!

JIMMY: Ya hemos hablado lo suficiente. Ahora márchate.

JIMMY le da la espalda.

BLANCA ESTELA: ¡No me hagas eso, Jimmy!

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