INMIGRANTES CON HABILIDADES EXTRAORDINARIAS.

Saviana Stanescu
¿Qué creen? Agregué a Saviana Stanescu en Facebook. ¡Y aceptó mi solicitud, yupi! Le escribí para agradecerle por haberme aceptado, y muy amable me contestó. Sentí la misma alegría que experimenté de adolescente cuando mis estrellas favoritas contestaban mis cartas. Bueno, pero ustedes han de preguntarse, Who is Saviana? La verdad es que ni yo la conocía; por eso la invité para no hacerme ideas falsas de su físico. Lo único que sabía de ella (y eso apenas fue anoche) era que escribió: Inmigrantes con habilidades extraordinarias. Y estuve a punto de no conocer tan lindo texto porque ayer, en la tarde, se me ocurrió ir al Centro a comprar unos lentes; luego, fui a la expo de José Clemente Orozco (por cierto, la quitan el 27 de febrero, ¡corran a verla!); acabé tan agotado que me dieron ganas de cancelar la ida al teatro con Everardo; pero, con todo, me lancé a la Plaza Coyoacán donde Ever y yo bebimos sendas tazas de té, echamos el chisme, y nos fuimos a La Capilla. Yo iba con los ojos llorosos debido al sueño y el smog; y él se encontraba entusiasmado porque vería Inmigrantes..., por segunda ocasión. Le pedí de favor que si me veía dormir, durante la función, que no me despertara; sólo bastaba que me diera un codazo en las costillas, en caso de que me pusiera a roncar. No me dormí. Todo lo contrario. La historia que vi en escena fue para mí como una bebida vigorizante.
La obra comienza cuando una payasita narra, con acento extranjero, una fábula sobre un perro que camina por el parque y descubre a una ardilla trepada en un árbol. El perro observa a la ardilla y se enamora de ella; es un amor a primera vista. El perro, atrabancado, le confiesa su amor a la ardilla, que tampoco le es indiferente el perro; pero trata de no enamorarse de él,  ya que ¿cómo un perro y una ardilla se van a enamorar?, ¿dónde se ha visto eso?, ¡es imposible! Y la ardilla le dice al perro: “Estás loco. No puede ser que un perro y una ardilla se enamoren, es absurdo. Somos animales diferentes. Además no puedes subir a la rama donde me encuentro.” “Claro que sí, dice el perro, lo lograré. Y entonces, por gracia divina del Amor, al perro le brotan alas y sube hacia su amada ardilla; los dos, juntos y felices, se besan y aman. Esto que acabo de contar, sin chiste, es sólo el prólogo de una fábula sobre la solidaridad que entablan cuatro personajes en el corazón de Nueva York.
La payasita (me acordé de Giulietta Masina, en La Strada, de Fellini), de nombre Nadia, excelentemente interpretada por Cassandra Ciangherotti, es rusa e indocumentada; llega a la ciudad de Nueva York porque quiere conquistar el famoso sueño americano. Otro ruso (Pedro Mira), payaso también, anda en Nueva York por las mismas razones de su paisana. La cabeza de Nadia rebosa de sueños, muchos de ellos alimentados por la serie Sex and the City. Ella, como Carrie Bradshaw, desea comer en los grandes restaurantes y pescarse a un ruco guapo como Mr. Big. En su búsqueda de la gran oportunidad en la gran manzana, Nadia se hace inquilina de una dominicana, Lupita (Olivia Lagunas, ¡brava!), simpática, sexy y medio putona, cuyo sueño es convertirse en una gran actriz. En ese mismo depa, Nadia conoce a Bobby (Fernando Bonilla), un gringo bueno para nada, estorbo de una sociedad que anda detrás del dinero. Los cuatro personajes de manera real o metafórica son inmigrantes;  sufren en Nueva York porque son solitarios, de raza distinta e ilegales. No tienen de dónde asirse sino de los sueños y la solidaridad entre ellos. Los cuatro, a veces juntos, a veces por separado, pasan por situaciones chuscas en el intento de realizar lo que anhelan. Pero no todo en la vida, ni en el teatro, es risa y candor... El momento climático no lo contaré; sólo puedo decirles que es de una tristeza y, afortunadamente, tiene arreglo.
La dirección de Alberto Lomnitz me pareció bastante congruente con la prosa de Saviana Stanescu; de una elaboración fina que parece fácil; sin pretensiones, y directa, a fin de no distraer el espectador de la premisa que sostiene el texto: el amor salva; el amor y la imaginación compensan todas nuestras carencias.
Inmigrantes con habilidades extraordinarias, Teatro La Capilla, Madrid 13, Col. Del Carmen, Coyoacán, México, D.F. todos los martes, del 18 de enero al 29 de marzo de 2011. 

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